Es difícil poner palabras para describir mi experiencia en el Camino y en mi viaje a Europa porque fue algo simplemente mágico. Durante estos dos meses, llegaron a mi vida milagros que no esperaba. Fueron más que vacaciones y una simple caminata por el Camino de Santiago.
A lo largo de estos meses me reconcilié (aún más) con mi vida y con la belleza del ser humano. Fue una experiencia muy profunda.
En tan poco tiempo, sané heridas que aún existían, me reconcilié con mi feminidad, me reconcilié con mis penas y mis miedos y volví a amar… Volví a creer en el Amor con “A” mayúscula.
Este gran viaje me mostró que el ser humano es bello y que todos en el fondo somos iguales y somos Amor. Que seas de un país u otro, que seas de un color u otro, que seas de una religión u otra, que seas hombre o mujer, todos buscamos lo mismo: Amor, paz interior, plenitud y el poder estar conectados con los demás.
Hay varias razones por las que uno decide peregrinar sobre esta antigua ruta. Múltiples son los sentimientos y emociones que cada persona atraviesa. Las experiencias de cada persona y sus encuentros son diferentes; pero cada encuentro es mágico. Y que uno sea o no católico la satisfacción personal y espiritual se siente en cada momento.
El 23 de septiembre 2018 emprendí este largo recorrido desde Saint-Jean-Pie-De-Port en el país vasco francés y lo terminé en el Km 0.000 (Finisterre, Galicia) el 30 de octubre 2018.
El Camino de Santiago fue para mi el regalo más bello que me hice para festejar mi reencuentro conmigo misma. Me permitió darme cuenta y valorar el largo camino que recorrí los últimos 3 años en mi vida personal y profesional. En el Camino me di cuenta que por fin encontré en mí el Amor incondicional. Sin embargo, me doy cuenta que este amor es muy frágil… Lo tengo que cultivar cada día y lo tengo que cuidar porque en cada momento se me podría escapar.
El Camino de Santiago es una metáfora de la vida de quienes lo recorren; es un reflejo de la vida misma; es una gran lección de vida a vivir en más de 800 kilómetros.
Ahí, reflexioné mucho sobre mi vida… No ha sido fácil, pero ¿cuál vida es fácil?
Sin las piedras en el camino, sin el sudor en mi frente, sin los dolores físicos, sin los dolores del alma, sin poder experimentar el hambre y la sed, sin pasar por momentos de tristeza y de soledad, entonces no podría tener conciencia ni disfrutar plenamente de un camino sin piedras, de la fuerza de mi cuerpo y mi alma, de una buena comida, de un vaso de agua fresca, de una buena risa con amigos. Sin la dualidad que existe en nuestro mundo, no seríamos capaces de disfrutar las bendiciones que inundan nuestras vidas.
Es con el corazón abierto y lleno de este Amor que yo quisiera compartirte los pensamientos que cruzaron mi mente y los aprendizajes que hice a lo largo de estos 800 kilómetros.
Yo creo que los mensajes son para quienes los encuentran. Y si hoy encuentras estas palabras, tal vez son para ti. Tal vez se escribieron para que trabajes algo a dentro de ti o para que entiendas algo de tu experiencia en esta vida.
Antes de empezar mi relato, quiero que recuerdes que la única manera de vivir es de aceptar empezar el camino de tu vida y dar un paso más cada día, caminar lo más ligero, sin cargar nada innecesario porque esto te podría frenar y más que nada por favor camina siempre el corazón abierto y con fe, listo para recibir las sorpresas, el inesperado, listo para notar cada milagro que llega a tu vida. Ve hacía dentro de ti cada día un poco más…
1a etapa: Saint-Jean-Pied-De-Port a Burgos (292.3 km) – CUERPO
Mi primera etapa fue totalmente física. Mi cuerpo se tuvo que acostumbrar a la mochila y a caminar en promedio 25km diario.
En esta etapa me di cuenta que todos los días andamos con prisa con el fin de llegar a tiempo por todos lados y cumplir con un máximo de objetivos. Pero ¿qué pasaría si pararíamos un instante para notar y disfrutar los milagros que nos rodean: una sonrisa, una flor, una mariposa, el cielo azul, la visita de un amigo, una llamada de un ser querido?
El sufrimiento estuvo presente cada día de esta etapa, pero solo era una parte de mi experiencia más no toda mi experiencia. Sí me dolía el cuerpo, pero en estos momentos levantaba la cabeza, observaba a mi alrededor y al ver la belleza de los paisajes, daba un paso más.
De los días en los que más sufrí, recuerdo uno en particular. Ese día el Camino me enseñó dolorosamente una gran lección de vida: Puedes correr sin parar, pero en algún momento la vida sola te parará de golpe.
Estuve caminando 8 días sin parar recorriendo más de 200 kilómetros y el noveno día, me la pasé acostada en la cama, descansando, durmiendo y consintiéndome.
El día 8 recorrí 29.7 kilómetros llorando casi todo el Camino de dolor y de frustración.
Sentía cada pisada como si pisará agujas, cada paso me daba la sensación de recibir un choque eléctrico. Los demás peregrinos me rebasaban y sentía mucha impotencia y frustración al no poder avanzar al mismo ritmo que ellos.
Entonces, recordaba que el dolor es temporal, pero aún así seguía sufriendo.
Lo único que podía hacer era seguir avanzando bajo el sol intenso y estos caminos sin sombras. Lo único que me quedaba hacer era dar un paso más y confiar; confiar que en algún momento llegaría al pueblo.
Y en este Camino de dolor me perdí también. Perdí el Camino y recorrí 1 kilómetros más, agotada.
Sin embargo, ese día también me encontré con 2 angelitos del Camino: Mathieu y José Miguel. Ambos me ayudaron a dar un paso más y a no dejarme caer.
Mathieu me regaló un café y un pastel, me regaló su tiempo, sus sabios consejos que me siguieron el resto del Camino y sobre todo: Me escuchó. Si lees mi blog, quiero que sepas que ese día te perdí de vista y nunca te volví a ver. Te busqué, pero no te encontré. Te busqué para agradecerte porque gracias a tus palabras logré llegar entera a Santiago. Gracias por tu empatía y por tu apoyo también.
Mi otro angelito de ese día es José Miguel. Me cuidó y no se separó de mi hasta que llegará a mi albergue sana y salva. Al llegar a la ciudad me decía: “700 metros más, puedes! Faltan 500 metros, 500 pasos Mélany, ya diste más de 30,000 hoy, falta muy poco. Faltan 80 metros.” Gracias José Miguel por acompañarme y no dejarme atrás.
Lecciones de vida aprendidas en esta etapa:
– Mira la belleza a tu alrededor, mira lo que tienes más no lo que te hace falta y enfócate en las cosas positivas lo más que puedas.
– Lo más que corres, lo menos que encontrarás paz en tu vida. Disfruta del Camino; si no lo disfrutas entonces párate en el tiempo y retómalo un paso a la vez.
– Confía que hasta en el dolor siempre tendrás a un angelito que te apoyará.
– El cuerpo es fuerte, pero a la vez muy frágil. Es importante cuidarlo con mucho cariño, es el templo de tu alma. Cuídalo mucho y sobre todo ámalo.
– Deja que otros te rebasen, no te compares con nadie. Cada quien tiene una historia, la tuya es única. Tu éxito es personal, no importa lo que piensan los demás. Enfócate en tu objetivo y ve a tu paso.
– Mejor caminar lento en el Camino correcto, que andar corriendo en el Camino equivocado.
– Puede que falles algunas veces, pero si lo sigues intentando y sigues dando un paso más adelante siempre, entonces lo lograrás.
Etapa 1 en fotos 🙂
2a etapa – La Meseta (182.9 km) – ESPIRITU
En esta etapa, mi cuerpo ya iba acostumbrado al peso (disminuido) de mi mochila, al caminar diario un promedio de 25 kilómetros y entonces empezó mi introspección.
En la inmensidad de la Meseta, pasé casi todos los días en absoluto silencio.
El silencio es mágico; el silencio nos ayuda a escuchar las palabras del corazón. El silencio me reconecta con lo que soy. Cada vez que siento que pierdo mi equilibrio o que quiero hundirme en una emoción, entonces me permito quedar en silencio, simplemente para reconectarme con mi esencia.
Algunos peregrinos saltaron esta etapa, tal vez porque no están listos para enfrentarse con una profunda introspección. Ciertas personas no están listas para enfrentar sus demonios, sus heridas, su lado oscuro, sus miedos. En mi caso, amé la inmensidad de la Meseta y este silencio, esta sensación de estar sola en el mundo y de sentirse tan chiquita viendo los paisajes grandiosos en frente de mi.
Cada paso que daba era un paso más hacia dentro de mí, creando nuevos proyectos y nuevas ideas, creando un nuevo mañana.
Tal vez es difícil entender, pero aunque caminaba sola muchas veces en ningún momento me sentí sola. Me sentí conmigo misma tan acompañada, tan amada y tan bendecida. Cada mañana de mi vida, me levanto, me doy la mano y empiezo a caminar conmigo misma.
En esta larga etapa, me reconcilié también con mi feminidad…
Conocí, en esta etapa, a mujeres poderosas, bellas, determinadas, fuertes y amorosas. Conocí a sanadoras como yo. Conocí a mujeres que escuchan la voz de su intuición. Conocí a las que hoy llamo mis “hadas”: Anne-Lise, Rachel, Phoebe gracias por cruzar mi Camino.
Gracias por haber llegado a mi vida. Gracias por ayudarme a sanar y por recordarme que somos madres, hijas y hermanas. Gracias porque con ustedes volví a abrazar la niña dentro de mi; esta niña que quiere jugar, celebrar la vida y hacer travesuras.
Nosotras solo nos divertimos en esta etapa, alentando a todo aquel que quería cantar y jugar con nosotras. ¿Acaso no es la vida un juego que tomamos con demasiada seriedad?
Descubrí que si volviéramos a ser niños…. Descubriríamos mayor Realidad…
Toma de la mano tu corazón y penetra en tu Verdad.
Lecciones de esta segunda etapa:
– No enriqueces la posesión, sino que tu alegría.
– Que resplandezca siempre en tu rostro la serenidad, en tu mente la alegría y en tu boca la acción de gracias.
– Con un corazón abierto y una mente en calma, no hay puertas.
– Respira y toma el tiempo de apreciar las bendiciones alrededor de ti… Ama profundamente y disfruta de tu vida…
– La vida es un maravillo cuento de hadas
Etapa 2 en fotos 🙂
3a etapa – Leon a Santiago (324.8 km) – MENTE
En esta última etapa me di cuenta que todo lo puedo, que la fortaleza que necesito esta en mi mente, que el poder esta en mi cuerpo y que sólo yo puedo controlarlo.
En esta mágica etapa, también confirmé lo que decía San Ignacio “la alegría no depende de que tantas “cosas” posees; depende de que tanto amas a Dios y a otros.”
En el Camino como en la vida trato de viajar con muy pocas cosas, me aligero más y más, y me pregunto siempre si ¿realmente necesito todo lo que poseo?
Sabes, hay mucha alegría en la simplicidad. Los que poseen más muchas veces tienen más frustración e infelicidad. Esta peregrinación me recordó esto.
Me di cuenta también cuánto estoy a veces apegada a cosas tan “fútiles” en mi vida pero que toman mucho “espacio” en mi corazón, en mi vida y en mi mente. Y estas cosas solamente me frenan…. ¡Y lo peor es que pensamos no poder vivir sin estas cosas “fútiles”!
Es curioso pensar que en nuestra sociedad, teniéndolo “todo”, muchos se sienten “vacíos”. En el Camino me di cuenta que la única forma con la que muchos se volvían a sentir “llenos” de nuevo es estando en el silencio y en la inmensidad del “vacío” (o de la grandeza) de la naturaleza. Lo menos apegada a cosas materiales estoy y lo mas plena me siento.
Aunque la tecnología parece conectarnos, estamos más desconectados que nunca de nosotros mismos y de los demás. En el Camino, sin tanto acceso a la tecnología, nos reconectamos como seres humanos. En el fondo somos seres sabios, compasivos y amorosos, pero la sociedad en la que vivimos favorece la desconexión a este verdadero Ser de Luz y Amor que somos. “Don google” nos da respuestas a todo lo que buscamos, menos a las preguntas más importantes y profundas sobre nuestra existencia, nuestros deseos y nuestros sueños más profundos… Porque estas preguntas solo pueden ser contestadas en el silencio y en la contemplación.
El Camino te ayuda a reconectarte poco a poco, a darte claridad sobre quien eres y lo que quieres. El Camino te enseña a “acercarte a la gente con mano suave porque la gente es frágil.” El Camino te enseña a actuar de tal forma que “los demás vean en ti un refugio, un puerto y un oasis.”
Me doy cuenta también que en el Camino como en la vida cada quien carga SU mochila. Yo no puedo cargar la mía y la tuya a la vez. Puedo estar a tu lado y alentarte, pero no puedo cargar tu mochila ni quitarle peso. En la vida es igual… Muchos años, porque así lo quise cargué con las penas y los problemas de otros y entonces me frené… No puedo cargar tu mochila, pero tal vez puedo aligerar tu carga al acompañarte.
Lecciones de esta tercera etapa:
– “Cada quien su mochila!”
– No te dejes abatir por las dificultades y contrariedades que encuentres en tu camino.
– Sé fuerte y valiente, y levántate.
– Siembra de luz y amor los Caminos de tu vida. Y otros seguirán tus pasos…
Etapa 3 en fotos 🙂
4a etapa – Finisterre (Km 0.000)
Esta etapa la viví con una de mis hadas favoritas: Anne-Lise. Fue una última etapa llena de amor, de dulzura, de cariño y de músicas sanadoras.
Llegar al albergue Do Sol y Da Luna fue sanador. Fue como en la vida; después de días, semanas o años de trabajo duro al final siempre viene una gran recompensa. Y solamente cuando conoces el dolor y el cansancio, entonces saboreas y disfrutas realmente de los pequeños placeres de la vida.
Lecciones de esta cuarta etapa:
– “El peregrino es aquel que tiene un espíritu libre, una mochila ligera y una alma solidaria y compasiva. Es cualquier persona que sigue espontáneamente el camino de sus sueños.”
– Lo que colecciono son momentos más no cosas.
Etapa 4 en fotos 🙂
Agradezco la vida, mi cuerpo, mi mente y mi espíritu por permitirme recorrer este gran Camino.
Agradezco el Camino por recordarme la fuerza de mi cuerpo y de mi alma, por recordarme que puedo vivir mis sueños un paso a la vez. Agradezco el Camino por mostrarme mis dones, por reconciliarme con la humanidad y recordar que no estoy sola.
Fueron, tantas lecciones, tantos milagros cada día, tantas bellezas, tantas sorpresas. Aprendí tanto sobre mí, sobre mis propios límites, sobre mi potencial ilimitado y sobre la belleza de la humanidad.
Conocí a muchas personas…. Hice un pedazo de camino con cada uno a veces por unas horas y a veces por días o semanas. Estos encuentros me confirmaron que el ser humano es humildad, amor, tolerancia, apoyo, paciencia, hermandad y compasión.
La vida es muy corta…. Y recuerda que los sueños alimentan tu alma pero que también son hechos para que los vivas.
Como siempre lo recuerdo a mis clientes: “Haz de tu vida un sueño y de tus sueños una realidad”
Ya no esperes a mañana para vivirlos, porque no sabes que pasará mañana… VIVELOS HOY
Y ya no tengas miedo de vivir ?
Ya no tengas miedo de caerte ?
Ya no tengas miedo de ser apasionado ?
Y ya no tengas miedo de amar ❤
Hoy, la promesa que hago al Camino es nunca rendirme. Mis sueños seguirán siendo mi razón de vivir y mi motor.
Gracias Anne-Lise del Mundo, Rachel de Phili, Phoebe de UK, Douglas de Berkeley, Csaba de Hungria, Nico de Francia, Mathieu de Francia, Sylvain de Francia, José Miguel de España, Felipe de brasil, Iuri de Brasil, Brian de Irlanda, Matti de Astorga, Luc de Québec, Francisco & Luis “mis Mexicanos favoritos”, Blandine de Francia, Barbara de Thailandia, Joe de Australia, Ellen & Theo de Hollanda, Martin de UK, David de Galles, Angélica de Brasil, Monica de Brasil, Maciej de Polonia, Jennifer Chen de New Jersey, Pily de Francia, Mary Carmen de Cadiz, David de Madrid, Kamille de Berkeley, Jorge de Alicante…
Gracias por todo Camino.
Prometo caminar sin prisa y con una sonrisa siempre.
¿Cuánto cuesta?
En cuanto a mi presupuesto, te comento que me hospedé en varios albergues de donativos; no solo porque eran “donativos” pero porque el servicio que dan los voluntarios es de lejos el mejor que he recibido en el Camino. También es importante notar que los menús para “peregrinos” son extremadamente caros (10 euros) cuando sabemos que juntarte con 2-3 personas del albergue y cocinar les costará en promedio 2-3 euros para alimentos y vino. Asimismo, yo escogí aprovechar de las lavadoras y secadoras en los albergues en lugar de lavar a mano, pero siempre me juntaba con otros peregrinos y así nos salía mucho más económico ya que en una maquina puedes poner aprox. 8 kilos de ropa. De los gastos de farmacia, no me gasté tanto ya que realmente no me enfermé a parte del día 9 con los dolores en pies y piernas. Solamente compré unas plantillas nuevas, cremas y gazas. Disfruté de 2 masajes en el Camino y los recomiendo muchísimo, pero en donativos. Algunos spa tienen precios muy altos.
Te dejo abajo mi presupuesto en euros. Fueron casi 40 días en el Camino Francés:
- Hospedaje → 650 euros (aprox. 16 euros por noche)
- Alimentación → 367 euros (aprox. 10 euros por día)
- Farmacia → 64 euros
- Lavadora / secadora → 14 euros
- Masaje → 30 euros
- Souvenirs → 90 euros
- Transporte (regreso de Finisterre a Santiago, y al aeropuerto) → 13 euros
- Compostela → 5 euros
- Consigna el día que llegas a Santiago para poder entrar a la Catedral → 2 euros
- Correo Español (para enviar 2.5 kilos a Paris) → 27 euros
TOTAL DE GASTO: 1,262 euros
Promedio total de gasto por día: 32 euros
4 Comments on “Camino de Santiago… Un camino de Paz, Amor y Gratitud”
Como siempre es un placer leerte, me motivas a no caerme y valorme como persona. Gracias por compartir.
Espero que se cumplan todos tus deseos para el 2019.
Precioso lo relacionado con el camino. Es entrañable , me emociono cada vez que lo leo. Me siento identificada total mente.???
Feliz Año…..!!!!????
ATMA NAMASTE Querida Melanie:
Wow que increíble relato, gracias por tocar mi alma con tus palabras… compartir camino en la montaña contigo ha sido algo muy especial… gracias por eso… y felicidades te reconozco como una verdadera guerrera espiritual.
Te quiero mucho y cuentas con mi apoyo en la vida…
Gracias por compartir no dejes de hacerlo.
ATMA NAMASTE – como dice nuestro maestro MCKS, “Que tu vida sea bendecida con Felicidad, buena salud, éxito, abundancia, prosperidad y espiritualidad. Que sea guiada con guía divina, ayuda, sanacion y protección divina. Que las bendiciones de luz, amor y poder divino de Dios estén contigo” en cada paso que des de tu vida.