Dos años después de mi separación, me siento más fuerte, más enamorada que nunca y por primera vez totalmente lista para saltar en mi “nueva” vida. Estoy en Costa Rica desde el final del año y aquí tomo el tiempo de compartir con otros, estar conectada conmigo misma como no lo había estado en mucho tiempo, escribir, leer, reflexionar, retarme y me siento tranquila. Tengo la oportunidad de cerrar ciclos y aunque es difícil, me siento profundamente agradecida.
Me gustaría compartirles un poco lo que pasó en estos dos años para que entiendan mejor.
En Enero 2016, me separé después de 7 años de matrimonio con mi esposo. Es importante mencionarles que yo fui la de los dos que quiso separarse y de acuerdo a la sociedad en la que vivo eso implica que yo era la “mala”… En este mundo de dualidades donde existen los conceptos de bueno y malo, feo y bonito, negro y blanco, etc muchos se imaginan que la persona que decide terminar no llora, no sufre, no se siente abandonada, pero es una gran equivocación. Cada separación es dolorosa.
Me sentí triste y culpable de lastimar tanto a una de las personas que más amaba en este entonces. Aún hoy, quiero profundamente a esta gran persona que es. Aunque yo estaba convencida de que ya no quería estar en esta relación, yo había amado con todo mi ser a esta persona. Mi vida se había basado en él durante años. Tenía tantos lindos recuerdos vividos con él que sí me dolió nuestra separación.
Cuando lo dejé, se me cerró una puerta. Y el proceso que se encuentra entre una puerta que se cierra y una nueva que se abre es muy similar a un duelo. Tu sabes en tu interior que la vida seguirá adelante, pero antes de que lleguen estas nuevas oportunidades es importante vivir el duelo. Es importante llorarlo.
Entonces, lloré todo lo que podía y después de algunas semanas me di cuenta que realmente no había herido a nadie y que si alguien se sentía herido era su propia decisión el sentirse así. El sufrimiento es una decisión personal. De lo que te sucede en la vida, tu decides si lo tomas como una oportunidad de crecer o una oportunidad para culpar a otro y sufrir.
Mi separación me ayudó a sentirme “viva” otra vez.
Necesitaba tiempo para mi. Quería re-encontrarme y “sentir” lo que realmente quería de mi vida para los próximos años… Digo eso, porque sí sentí que me perdí en esta relación y es algo muy común en varias relaciones amorosas. Sin embargo, estoy consiente de esto ahora y sé que es algo que ya no quiero más. Creo que es importante que cada persona tenga su independencia y libertad. Me gusta observar a otras parejas y así definir lo que sí quiero y lo que ya no estoy dispuesta a permitir. Hoy quiero amar sin apegos.
Durante mi duelo / transformación, me sentí sola muchas veces y para tener “la fuerza” de seguir adelante, me enamoré. Otro fenómeno muy común que se da después de una separación, pero que no es muy sano. En mi opinión es simplemente un apego para tapar nuestros miedos; no es amor. Yo pensé que cada uno de estos “amores” eran EL nuevo amor de mi vida, pero no lo eran. Y no lo eran porque yo no estaba lista para estar en una nueva relación.
Analizándolo desde fuera hoy, veo que me “enamoré” temporalmente de ellos para llenar un vacío. Otra vez, no era amor. Eran relaciones muy cortas basadas en unas “desesperadas” ganas de amar y sentirse amada. Y cuando amas de forma “desesperada” entonces tu sentido de objetividad se ve afectado y empiezas a “imaginar” que encontraste a tu Príncipe Azul en lugar de mirar al hombre tal y como es con sus cualidades y sus defectos.
En cada una de estas relaciones inventé los papeles de los personajes y cuando me di cuenta que estos lindos actores no querían jugar el rol que había escrito para ellos, me sentí traicionada.
En ningún momento me había sentido así con mi ex-esposo; todo era transparente, puro y con mucha honestidad aún en la separación. Pero era así, porque el día que empecé mi relación con él años atrás, yo me amaba a mi misma y estaba lista para vivir esta relación. En ningún momento lo amé por “desesperación”. Con las relaciones amorosas que siguieron mi separación, cada vez creaba muchas expectativas. Y como hoy digo “las expectativas crean decepciones”
Al terminar estas cortas relaciones, cada vez mi pregunta era: Quién me traicionó? Estos hombres o mi propia imaginación? Por supuesto, la respuesta era: Yo me traicioné sola; no me lastimaron ellos sino que yo. Permití que eso pasará.
Y esto duró hasta que una noche me pregunté: ¿Porque caigo en estas relaciones? Porque no puedo estar sola por un periodo? ¿Porque no logro lidiar con esta soledad después de tantos años y después de querer tanto estar a solas? ¿Porque no me regalo a mi misma todo este amor que tengo dentro para rellenar este vacío?
Entonces, después de que mi ultimo Príncipe Azul me hizo vivir un fin de semana esplendido, regresó a casa y se olvidó de mi al día siguiente; sentí que saltaba del avión sin paracaídas.
No los entendía. ¿Porque si todo era tan bello (por un breve momento), se tenia que acabar (tan rápido) sin una palabra, sin una explicación clara?
¿Que error había cometido yo?
Mi voz interna me contestó entonces: No hay nada que hayas hecho mal. Tal vez no es el indicado. Levántate y enfócate en ti. Recuerda los lindos momentos y ve adelante con tu vida. DEJA de invertir toda tu energía en estos pensamientos de “qué pasó?” “porque se acabó?” Y recuerda que la felicidad es un estado del ser vacío de expectativas. Un estado del ser que se vive en el aquí y ahora.
Entonces entendí que tenía que enfocarme en lo que sí quiero y afirmar de forma positiva lo que sí merezco. Y entonces, estando así entendí que podía llenar mi vida de tanto amor y tanta paz para que nuevas oportunidades lleguen a mí.
Hace un año que tomé la decisión de darme tiempo a solas. Fue MI decisión.
Hoy me enfoco en mi misma, en mis sueños, en mi desarrollo personal, en mis proyectos de vida y más que nada en sanar las heridas que tengo.
Hoy me siento realmente bendecida, amada y profundamente agradecida con cada reto que me ofrece la vida (para crecer).
Hoy me perdono, me agradezco, agradezco mi pasado, me amo profundamente, me acepto tal y como soy y sigo ADELANTE.
¡A VIVIR SE HA DICHO!
4 Comments on “¡A vivir se ha dicho!”
¡Felicidades!
Como personaje que apareció en el imaginario en que tu escrito se ubica, me llena de satisfacción el encontrarte fuerte, adquiriendo sabiduría, caminando erguida y orgullosa. Saber y reconocer que la evolución no terminaba ahí, fue un paso difícil pero necesario.
Gracias por los tiempos compartidos con el grupo.
Luz y humildad eterna te deseo.
Muchas gracias Beto por tu lindo comentario 🙂 Guardo recuerdos hermosos del grupo, sin duda!!
Hola, geniales tus fotos!!!!
Inspirador relato… gracias por compartir tu experiencia me llena de esperanza